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¿Se puede vivir con una fístula perianal? ¿Cuál es el tratamiento más efectivo para curarla?

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Persona con dolor por una fístula perianal

Tiempo de lectura: 9 minutos

Las personas que tienen una fístula perianal a menudo experimentan dolor y otros síntomas que dificultan sus actividades cotidianas. Esta condición suele manifestarse de diferentes maneras, desde molestias al sentarse hasta secreción de pus y de sangre por el ano.

En este artículo hablamos sobre si se puede vivir con una fístula perianal, explicando qué tipos de fístulas perianales existen, cuáles son algunas de sus causas y qué tratamientos pueden ayudar a controlarlas y curarlas. 
 

¿Qué es una fístula perianal?

Fístula perianal es el término médico que se utiliza para describir una condición que se caracteriza por la formación de un túnel o canal anómalo que conecta el interior del recto o el canal anal con la piel alrededor del ano. Según la Cleveland Clinic, esta condición se suele desarrollar en la parte superior del ano, en donde se encuentran las glándulas anales.

Aunque puede surgir de manera espontánea, las fístulas perianales suelen estar asociadas con enfermedades inflamatorias del intestino, así como con otras condiciones médicas que afectan la salud gastrointestinal.

Las fístulas perianales pueden ser recurrentes y, en algunos casos, complicarse con la formación de abscesos o la propagación de la infección a áreas circundantes. 

¿Se puede vivir con una fístula perianal?

Sí, es posible vivir con una fístula perianal, ya que se trata de un padecimiento benigno. Sin embargo, cuando no se aplica ningún tratamiento sobre los trayectos fistulosos, puede haber consecuencias de salud graves.

Uno de los riesgos principales de no tratar una fístula perianal es la posibilidad de que la infección asociada con la fístula se agrave. Esto implica, entre otras complicaciones, la formación de abscesos más grandes y dolorosos.

Veamos de forma más detallada de qué tipo de complicaciones se trata y cómo pueden afectar la calidad de vida de la persona.

Complicaciones asociadas a la fístula perianal

Las fístulas perianales no se curan por sí solas, y como comentamos antes si no se recibe el tratamiento adecuado, se pueden presentar algunas complicaciones. Una complicación importante es la formación de abscesos perianales.

Los abscesos pueden desarrollarse cuando las fístulas perianales se infectan, lo que conduce a la acumulación de pus en el tejido circundante.

Asimismo, es posible que la infección se propague a otros tejidos y que se formen fístulas adicionales. Cuando esto sucede, resulta más difícil aplicar un tratamiento y controlar el problema.

Por último, tenemos que señalar que según la Cleveland Clinic, en algunos casos, cuando las fístulas perianales se han mantenido durante varios años, existe la posibilidad de que se desarrolle cáncer de ano. 

Tipos de fístulas perianales

Existen diferentes tipos de fístulas anales, que se pueden clasificar en función de su ubicación. Un artículo publicado por la National Library of Medicine señala que las fístulas anales pueden ser:

  • Interesfintérico: se desarrollan entre el esfínter anal interno y el esfínter anal externo. Estas fístulas a menudo atraviesan la capa muscular del esfínter interno, pero no afectan significativamente el esfínter externo. Representan el 45 por ciento de los casos.
  • Transesfintérico: atraviesan completamente los esfínteres anal interno y externo, extendiéndose desde el interior del canal anal hasta la piel perianal. Representan el 30 por ciento de los casos.
  • Supraesfintérico: se extienden más allá del esfínter anal interno, alcanzando tejidos y estructuras por encima de este. Puede involucrar áreas como el espacio rectovaginal en mujeres o el espacio perirrectal profundo en ambos sexos, y representa el 20 por ciento de los casos.
  • Extraesfintérica: se extienden más allá de los esfínteres anales, alcanzando estructuras fuera del canal anal y del complejo musculoesfintérico. Es un tipo de fístula anal muy rara, y solo se presenta en el 5 por ciento de los casos. 

Causas

Las causas de las fístulas perianales son muy variadas y pueden estar relacionadas con una serie de condiciones que afectan el área anal y rectal. Esto incluye desde infecciones anales hasta enfermedades inflamatorias más complejas como la enfermedad de Crohn.

A pesar de que en este artículo hablamos de las causas y de los síntomas de esta condición, es importante tener en cuenta que el diagnóstico preciso de una fístula perianal solo puede ser realizado por un médico calificado. Además, resaltamos que se debe buscar atención inmediata si se sospecha que se sufre de este problema de salud.

Hombre con dolor anal levantándose del sofá

Infecciones anales

Las infecciones anales, según Mayo Clinic, son una de las causas más comunes de las fístulas anales, especialmente cuando no se tratan adecuadamente. Estas infecciones pueden surgir debido a la obstrucción de las glándulas anales, que normalmente secretan líquidos lubricantes para ayudar en el proceso de defecación.

En muchos casos, las infecciones anales que conducen a fístulas pueden ser el resultado de una higiene deficiente, enfermedades de transmisión sexual, traumatismos o enfermedades inflamatorias intestinales.

Abscesos anales  

La Cleveland Clinic, en el artículo que mencionábamos antes, también habla sobre las causas de las fístulas anales y señala que en muchos casos se trata de un efecto secundario de los abscesos anales.

Es muy común que el absceso drene pus y cree un túnel desde el ano hasta la piel exterior. En la mayoría de los casos, cuando se producen los abscesos anales y las fístulas perianales, se recomienda realizar una cirugía para solucionar el problema.

Enfermedad de Crohn

Otra de las causas de la fístula anal es la enfermedad de Crohn, un trastorno del tracto gastrointestinal que puede afectar cualquier parte del sistema digestivo, desde la boca hasta el ano.

Un artículo publicado por la Revista Española de Enfermedades Digestivas señala que entre el 15 y el 45 por ciento de las personas con enfermedad de Crohn sufren de fístulas anales, sobre todo cuando la enfermedad afecta el colon.

Esto sucede porque la enfermedad de Crohn causa inflamación crónica en el tracto intestinal, lo que puede provocar la formación de abscesos y fístulas en el área perianal. 
 

Factores de riesgo

Varios factores de riesgo impiden que se pueda vivir con fístulas perianales, algunos de ellos están vinculados a algunas de las causas que mencionamos, como la enfermedad de Crohn. Cuando se ha tenido abscesos anales, por ejemplo, existe un riesgo considerable de que se desarrollen fístulas perianales.

La edad es otro factor a tener en cuenta, ya que si bien es una condición que se presenta también en personas jóvenes, la mayoría de los afectados son adultos de más de 40 años. Además, la frecuencia con la que se desarrollan las fístulas anales es mayor en los hombres que en las mujeres. 

Síntomas

Para ayudarte a identificar cuándo alguien puede estar sufriendo de una fístula perianal, te comentamos algunos de sus principales síntomas. No son los únicos que se pueden presentar, pero sí son algunos de los más representativos e importantes.

Dolor anal

Uno de los síntomas más comunes y que impiden vivir con fístulas perianales es el dolor anal. Un dolor que, además, puede variar en intensidad desde leve a severo, dependiendo de la ubicación, tamaño y gravedad de la fístula.

El dolor anal asociado con las fístulas perianales puede ser crónico y persistente, especialmente si la fístula está activa o infectada. En algunos casos, el dolor anal puede interferir significativamente con las actividades diarias y la calidad de vida de las personas, dificultando actividades simples como caminar, sentarse o realizar movimientos básicos.

Hinchazón alrededor del ano

Otro síntoma que impide a las personas convivir con un fístula perianal es hinchazón alrededor del ano. Se trata de algo bastante común, ya que la hinchazón es una respuesta natural del cuerpo ante la presencia de inflamación e infección.

Secreción de pus o sangre por el ano

Por último, tenemos que mencionar la secreción de pus o de sangre por el ano, que se produce por la irritación e inflamación asociadas con la fístula. Se trata de uno de los síntomas que mayor impresión y preocupación puede causar en las personas.

Cuando las personas experimentan alguno de estos síntomas, es importante acudir con un profesional de la salud, ya que de esta manera se puede tratar el problema y prevenir complicaciones adicionales. 

Doctor mostrando un modelo rectal a un paciente

¿Cómo se diagnóstica la fístula perianal?

Hopkins Medicine señala que, si se tienen algunos síntomas asociados a la fístula perianal, como dolor en la zona anal y secreción de pus, es recomendable acudir a un profesional de la salud especializado en el colon y las enfermedades del recto.

Es posible que, en consulta, el médico inspeccione cuidadosamente el área anal en busca de signos visibles de una fístula, como enrojecimiento, hinchazón, secreción de pus o sangre, y posiblemente un orificio visible en la piel cerca del ano.

Generalmente se suelen hacer pruebas de diagnóstico por imagen, de manera que se pueda comprobar si efectivamente se trata de una fístula perianal o de otro problema de salud. Además de los estudios de imagen, también se puede realizar un análisis con una sonda de fístula o con un anoscopio. 

Estrategias para aliviar el malestar

Para aliviar el malestar que generan las fístulas perianales, lo más importante es mantener una buena higiene, ya que esto puede ayudar a prevenir la irritación adicional y promover la cicatrización de la piel afectada.  Esto implica lavar suavemente el área afectada con agua tibia después de cada evacuación intestinal y secarla completamente con una toalla suave o un paño limpio, evitando el uso de papel higiénico áspero o productos perfumados.

También se pueden aplicar compresas de agua tibia o de agua fría para aliviar el malestar y reducir la inflamación. Esto no quiere decir que no se deba acudir a un médico, ya que solo un profesional de la salud puede evaluar la gravedad del problema y recomendar un tratamiento efectivo. 

Médico mostrando un modelo del interstino

Tratamiento

En cuanto al tratamiento de las fístulas perianales, Hopkins Medicine resalta que esta condición requiere de cirugía, ya que los antibióticos no solucionan el problema. Dentro de estos procedimientos se destacan:

  • Fistulotomía: en este procedimiento el cirujano realiza una incisión en el trayecto fistuloso para drenar el pus y eliminar la fístula.
  • Relleno de la fístula: se realiza cerrando la abertura interna de la fístula y llenando el túnel con un material biocompatible, como tejido graso del propio paciente o materiales sintéticos.
  • Cirugía reconstructiva: se utiliza para las fístulas perianales más complejas, e implica la reconstrucción del tejido anal y rectal para cerrar la fístula.
  • Colocación de setones: en este procedimiento, el cirujano coloca un setón, que es un tipo de sutura especial, a través del trayecto fistuloso para mantenerlo abierto y permitir que drene el pus de manera controlada.