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¿Cómo dormir bien y por qué es importante?

Mujer durmiendo confortablemente

Tiempo de lectura: 6 minutos

Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad. El sueño es esencial para la salud y el bienestar, ya que afecta al estado de ánimo, la energía, la productividad, la inmunidad e incluso el peso. 

No obstante, muchas personas tienen dificultades para dormir lo suficiente cada noche, lo que puede traer consecuencias negativas para su salud física y mental. 

En este artículo hablaremos en torno a la importancia y beneficios de dormir bien, así como las consecuencias de dormir mal, ofreciendo algunos consejos para que puedas tener un descanso reparador y goces de un mayor bienestar integral.

Importancia de dormir bien

Dormir bien es una de las claves para mantener una buena salud física y mental. Cuando duermes, tu cuerpo y tu cerebro se recuperan del desgaste del día, preparándose para que puedas afrontar los nuevos retos que te esperan. Además, el sueño te ayuda a consolidar la memoria, regular las emociones y fortalecer el sistema inmunológico. 

Sin embargo, muchas personas no duermen lo suficiente o lo hacen de forma irregular o interrumpida. Esto puede afectar negativamente a su rendimiento, estado de ánimo, bienestar y calidad de vida.  

Algunas de las consecuencias de no dormir bien son la fatiga, la somnolencia, la falta de concentración, la irritabilidad, el estrés, la depresión y el aumento del riesgo de enfermedades crónicas, tales como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. 

Beneficios de dormir bien para la salud

Dormir bien puede tener un impacto positivo en varios aspectos de tu salud física y mental. Algunos de los beneficios de dormir bien son: 

Impulsa la función inmunitaria 

El sueño ayuda al cuerpo a combatir las infecciones y la inflamación mediante la producción de citoquinas, que son proteínas que regulan la respuesta inmunitaria. 

Mejora del estado de ánimo y la salud mental 

El sueño afecta a las sustancias químicas y hormonas del cerebro que influyen en el estado de ánimo y las emociones. Por el contrario, la falta de sueño puede hacerte más irritable, ansioso, deprimido y estresado. 

Aumenta la memoria y el aprendizaje 

Al dormir bien se consolidan los recuerdos y mejoran las capacidades cognitivas. Durante el sueño, el cerebro procesa y almacena la información aprendida durante el día. Asimismo, se forman nuevas conexiones y percepciones que pueden potenciar tu creatividad y capacidad para resolver problemas. 

Menor riesgo de enfermedades crónicas 

El sueño interviene en la regulación de la tensión arterial, el azúcar en sangre, el metabolismo y el apetito. Dormir lo suficiente puede reducir el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares 

¿Cuáles son las consecuencias más comunes de un sueño deficiente?

Dormir mal puede tener muchas consecuencias, algunas de las cuales están relacionadas con el estilo de vida, el estado de salud, la medicación o factores ambientales.  

De este modo, algunas de las consecuencias y causas de no dormir bien son:

Estrés y ansiedad 

El estrés y la ansiedad pueden mantenerte despierto por la noche, haciéndote sentir preocupado, nervioso o inquieto. También pueden desencadenar la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que aumentan los niveles de alerta y excitación. 

Depresión y trastornos del estado de ánimo 

Estas enfermedades pueden afectar al sueño de distintas maneras. En algunas personas pueden hacer que tengan problemas para conciliar el sueño o permanecer dormidas debido a sentimientos de tristeza, desesperanza o culpabilidad.  

También hay algunas que hacen que las personas duerman demasiado o tengan patrones de sueño irregulares debido a la falta de motivación, energía o interés. 

Dolor crónico y otras afecciones médicas 

Las afecciones médicas como la artritis, diabetes, cardiopatías, asma, enfermedad por reflujo o problemas de tiroides pueden interferir en el sueño al causar malestar, inflamación, dificultades respiratorias o desequilibrios hormonales. 

Trastornos del sueño 

Los trastornos del sueño son enfermedades que afectan a la capacidad de conciliar el sueño o de mantenerlo con normalidad. Algunos de los trastornos del sueño más comunes son el insomnio (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido) o la apnea obstructiva del sueño (pausas respiratorias durante el sueño).

También hay que mencionar el síndrome de las piernas inquietas (sensaciones desagradables en las piernas que provocan el impulso de moverlas), la narcolepsia (somnolencia diurna excesiva) y las parasomnias (comportamientos anormales durante el sueño, como sonambulismo o pesadillas). 

couple in bed with wife suffering from imsonia

Medicamentos y suplementos 

Ciertos medicamentos y suplementos pueden influir en el sueño causando efectos secundarios como insomnio, somnolencia, sueños vívidos o pesadillas. Entre ellos se incluyen los antidepresivos, antihistamínicos, esteroides, betabloqueantes, analgésicos, estimulantes, sedantes, etc. 

¿Qué es la higiene del sueño?

Los buenos hábitos de sueño también se conocen como higiene del sueño. Son un conjunto de pautas y consejos desarrollados a partir de investigaciones científicas para mejorar la calidad del sueño y aprender a cómo dormir bien. Estas estrategias pueden ayudar a las personas a superar las dificultades del sueño y a conseguir soluciones a largo plazo para sus problemas. 

Entre los hábitos de sueño saludables se incluyen: 

Seguir un horario de sueño regular

Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda al organismo a establecer un ritmo circadiano constante, que es el reloj interno que regula la somnolencia y el estado de alerta a lo largo del día. 

Controlar tu exposición a la luz

La luz es una poderosa señal para el ritmo circadiano. La exposición a la luz brillante durante el día puede ayudar a mantenerte despierto y alerta, mientras que la exposición a la luz azul por la noche puede interferir en la producción de melatonina, una hormona que indica al cuerpo que debe dormir.  

Para evitarlo, limita el uso de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores y televisores antes de acostarte. También puedes utilizar reguladores de intensidad, cortinas o antifaces para crear un entorno oscuro y cómodo para dormir. 

Hacer ejercicio durante el día

La actividad física puede tener muchos beneficios para la calidad y cantidad de tu sueño. El ejercicio puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo, regular la temperatura corporal y favorecer la circulación sanguínea.  

Sin embargo, evita hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarte, ya que puede estimular el sistema nervioso y dificultar la conciliación del sueño. Intenta realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana, preferiblemente por la mañana o por la tarde. 

Ser inteligente con lo que comes y bebes

Lo que consumes durante el día afecta lo bien que duermes por la noche. Evita la cafeína, el alcohol, la nicotina y otros estimulantes que puedan mantenerte despierto o alterar tus patrones de sueño.  

También tienes que procurar no consumir comidas pesadas o picantes al menos antes de tres horas de acostarte, ya que pueden provocar indigestión o ardor de estómago. En su lugar, opta por tentempiés ligeros que contengan triptófano o melatonina, como leche, queso, frutos secos, plátanos o cerezas. 

Relajar y despejar la mente

Es importante relajarse y calmar la mente antes de acostarse. El estrés, la ansiedad, la preocupación o la excitación pueden impedir conciliar el sueño o hacer que te despiertes durante la noche.

Para hacer frente a estos sentimientos, practica algunas técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación, el yoga o la relajación muscular progresiva. También puedes leer un libro, escuchar música relajante o escribir tus pensamientos en un diario. 

Mejorar tu entorno de sueño

Asegúrate de que tu dormitorio es cómodo, tranquilo, fresco y limpio. Puedes utilizar ventiladores, aparatos de aire acondicionado o humidificadores, y todo aquello que signifique para ti comodidad. Asimismo, reserva la cama para dormir, evitando usarla para otras actividades como ver televisión, comer o estudiar.

Mujer despierta en medio de la noche

 

¿Cómo podemos ayudarte a dormir bien?

Si eres asegurado de Bupa Salud, puedes beneficiarte del servicio de Bienestar Emocional Virtual Care, que te permite contactar con expertos en salud mental y en sueño y descanso mediante videollamadas. Estés donde estés y cuando lo requieras, tendrás nuestro respaldo y atención. 


Entre los muchos programas de salud a los que puedes acceder se encuentran los siguientes: 

  • Programa para manejar los problemas de sueño. 
  • Programa para manejar el estrés. 
  • Programa para manejar la ansiedad. 
  • Programa para manejar el estado de ánimo. 


Además, si necesitas información o quieres saber más sobre algún tema relacionado con el sueño, puedes consultar el centro de información Mente Sana, que recoge los conocimientos de los mejores especialistas en la mente y el descanso. 

Conclusión

Dormir bien es fundamental para la salud física y mental. Un sueño reparador ayuda a regenerar las células, fortalecer el sistema inmunitario, mejorar el rendimiento cognitivo y prevenir enfermedades.  

Además, te hace sentir más feliz y emocionalmente más fuerte. Por eso, es importante adoptar una buena higiene del sueño y respetar las horas de descanso que tu cuerpo necesita.